Por José Luis Reyes y Armando Soto.

La fumigación aérea es la opción más barata para aplicarse en enormes extensiones de monocultivos industriales, como el maíz y la soya, sin embargo, sólo provoca más plagas, afecta la biodiversidad y además es muy imprecisa, así lo expresó el doctor Fernando Bejarano, integrante de la Red de Acción en Plaguicidas y sus Alternativas en México (RAPAM).

En entrevista con Acustik Rural señaló que a pesar de que en nuestro país existe una Norma Oficial Mexicana (la NOM052-FITO-1995) que habla sobre la aspersión de sustancias químicas desde el aire, esta no establece ningún control, ni tiene ninguna medida de protección para los habitantes de áreas cercanas a donde se fumiga, basta, dijo, que el particular o la empresa que va a llevar a cabo esa acción dé aviso a la autoridad para que tenga el permiso correspondiente.

RAPAM, junto con otras organizaciones civiles de países latinoamericanos, llevaron a cabo un conversatorio para hablar de los inconvenientes de la fumigación aérea, en el que participantes de México, Chile, Argentina y Brasil hablaron de las experiencias que han acumulado y las medidas legales que han impulsado en sus respectivas naciones para regular esta práctica.

Fernando Bejarano, quien fue el moderador de este encuentro, afirmó que la fumigación aérea es muy imprecisa, pues, resaltó, el 50 por ciento de los plaguicidas esparcidos cae fuera del área, debido a la acción del viento, y sólo la mitad de ese 50 por ciento cae sobre los cultivos, por lo que es el método más ineficiente para acabar con plagas, enfermedades y malezas.

Precisó que las fumigaciones aéreas afectan a las poblaciones cercanas en donde se aplican, ya que no existe una zona de amortiguamiento, que separe los núcleos poblacionales de los espacios fumigados, tal como ocurrió hace unos años en el municipio de Autlán de Navarro, Jalisco, en donde se demostró que estudiantes de una primaria cercana a un cultivo fumigado están contaminados con glifosato, pues así lo demuestra los análisis médicos que les han practicado.

Fernando Bejarano expresó que en Chile Brasil y Argentina se han logrado introducir reformas legislativas para que las fumigaciones aéreas tengan mayores controles a la hora de realizarse, y que quienes las aplican cumplan con restricciones más estrictas para evitar daño a las comunidades cercanas, caso que no ocurre en nuestro país, por lo que es indispensable que la Norma que regula esta práctica sea revisada y modernizada, discusión en la que deben de participar el Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria, (SENASICA), la Secretaria de Medio Ambiente y la iniciativa privada, también deben estar presentes representantes de la sociedad civil.

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