Por José Luis Reyes.

En épocas de abundancia de tuna el que gana es el “coyote”; pues cuando hay exceso de oferta él fija el precio de compra, te entrega las cajas para el empaque y la vende a quien mejor le conviene, bajo esas circunstancias resulta incosteable producir es fruta, expresa el señor Miguel Waldo López, productor de tuna en el municipio de Nopaltepec, Estado de México.

Entrevistado por Enfoque Agropecuario luego de concluir la faena del día, precisa que, entre junio y septiembre, la época de mayor producción, el acaparador paga entre 35 y 40 pesos una caja de 20 kilogramos del fruto, y si a esa circunstancia se suma el precio de los insumos, el que pierde es el productor.

Y ejemplifica: hace un año un bulto de urea de 50 kilos contaba 350 pesos, hoy, ese mismo costal te vale más de mil 200 pesos, ¡casi 4 veces más!, y lo mismo ocurre con otros fertilizantes, como el triple 15 o el triple 16, por eso, insiste, ya no es costeable producir tuna, así que, ante tales circunstancias, dijo, le pedimos a la Secretaría de Agricultura que nos incluya en el programa de Fertilizantes para el Bienestar.

Sin embargo, presume Miguel Waldo, los productores de esta región le hemos puesto inteligencia al asunto y estamos cosechando tuna fuera de temporada, algo que casi no se hace en otras regiones tuneras del país.

¿Y cómo es ese procedimiento?, le preguntamos.

Él nos explica: Entre febrero y abril cortamos todos los brotes nuevos que le surgen al nopal, y con ello estimulamos a la planta para que en época de frío incremente su producción, a veces no resulta, advierte, pero si pega tenemos producto que podemos comercializar nosotros directamente y vendérselo a quien pague mejor por ello, sin necesidad del “coyote”, ello, resaltó nos permite vender una caja de 20 kilos hasta en 110 pesos.

Al referirse a otro tema, Miguel Waldo nos habló de la incorporación de los productores de tuna del centro del país al programa de bonos de carbono, que impulsa la iniciativa privada en coordinación con organismos financieros internacionales, sin la intervención de ningún nivel de gobierno, al respecto, dijo, nos estamos enterando que el nopal es una “aspiradora” de carbono, que fija el CO2 en las raíces y en el suelo.

Expresó que los tuneros están entusiasmados porque saben que van a recibir recursos internacionales de empresas que contaminan el ambiente y que destinan dinero para productores que capturan los llamados Gases de Efecto Invernadero, es un programa a 10 años, destacó, que te entrega recursos anualmente, simplemente por conservar tu nopalera, concluyó.

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