Crece el consenso mundial respecto a una inminente crisis alimentaria, derivada del conflicto geopolítico en Europa del Este, los efectos del cambio climático y las secuelas que dejó la pandemia, una tormenta perfecta que impactará a las naciones del mundo, aunque no con la misma intensidad.

El hambre es uno de los denominados “jinetes del apocalipsis” y está cobrando terreno en regiones de África, Asia, pero también de América Latina y el Caribe. La realidad es que no hay nación que pueda escapar a esta situación que ha encendido la alarma roja, de acuerdo con el secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, António Guterres.

Para la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), la desigualdad y la pobreza persisten como problemas urgentes en América Latina, por lo que recomienda medidas de gasto social focalizadas y que sostengan a quienes más lo necesitan.

México inició desde 2018 con esta política abanderada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, de “dar de comer a quienes nos dan de comer”.

Debemos ponernos como objetivo atender las necesidades de todos los subsectores, a través de instrumentos de política pública que permitan seguir creando condiciones de igualdad a lo largo y ancho del país, para un verdadero desarrollo territorial rural con inclusión y justicia social, y así saldar las deudas del campo.

Ya va México adelante, pero para seguir avanzando, será necesario reducir la dependencia en la importación de granos básicos, establecer una mejor infraestructura agropecuaria y brindar apoyos y créditos blandos sin burocracia.

• A propósito de cambio climático

Esperemos que el Gobierno de México se tome muy en serio el tema del cambio climático, ya que somos uno de los países más propensos a este fenómeno por sus condiciones geográficas.

Un avance fue el Foro Nacional: Seguridad Alimentaria y Cambio Climático, organizado por las secretarías de Agricultura y de Economía, con la colaboración del Centro Internacional de Mejoramiento de Maíz y Trigo (CIMMYT), el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), donde se expusieron retos y oportunidades del sector.

Una de las propuestas fue fortalecer y replantear las agendas en torno a los territorios rurales, pues son los principales actores de la cadena productiva, desde los recursos naturales y la reducción de la huella carbono, hasta la comercialización mundial.

Ahora, empecemos a promover la cooperación entre los distintos niveles de Gobierno, sector privado y Poder Legislativo, para liberar recursos y acciones que nos permitan prevenir y actuar ante los cada vez más intensos imponderables climáticos.

¿Qué ha pasado con tema de SEGALMEX? seguimos atentos de resultados de la investigación.

LUIS P. CUANALO

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here