Con la tasa de crecimiento poblacional actual, las preguntas a responder van en el sentido de: ¿qué comeremos?, ¿quién producirá los alimentos? y ¿cómo se producirán? para atender la demanda alimenticia de los 9 mil 200 millones de seres humanos calculados para el año 2050.


De hecho, la Red Mundial contra las crisis alimentarias, de la que forma parte la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), junto a la Unión Europea y el Programa Mundial de Alimentos (WFP) por sus siglas en inglés, señala que, casi 200 millones de personas sufrían inseguridad alimentaria aguda antes del inicio de la guerra de Ucrania.


La apuesta está en dirección al mejoramiento de las semillas y de las practicas agronómicas, así como eficientar el rendimiento por hectárea.


En la década de 1950 una hectárea daba de comer a 2 personas, en el 2005 alcanzaba a cubrir las necesidades alimentarias de 4 personas, se estima que para la próxima década una hectárea alimente a sólo 5 personas.


Esto de la mano del cuidado del suelo en la medida de lo posible debe servir para mantener la rentabilidad en las cosechas, así que lo más importante es analizar, hacia dónde va la tecnología agropecuaria y saber si será suficiente su respuesta. Hoy por hoy, al menos es una esperanza de futuro rumbo a la mitad del camino de este nuevo siglo.


Para dar luz en este tema, La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio, (NASA) por sus siglas en inglés; tiene un Satélite que analiza y propone atreves de los resultados de su observación, acciones y equipos para lograr un mayor porcentaje de éxito con el tipo de maquinaria, selección de semillas, características de profundidad del suelo y humedad; estos son algunos de los factores que analiza el (Observatorio activo pasivo de humedad del suelo), una herramienta que puede ser determinante en el futuro alimentario del planeta.


México no se queda atrás, hoy en día contamos con el Centro Internacional de mejoramiento del maíz y el trigo (CIMMYT) que trabaja mediante investigación colaborativa, alianzas y capacitación.


El CIMMYT coordina los Programas de Investigación de Maíz y Trigo, que reúnen y agregan valor a los esfuerzos de más de 500 socios y colaboradores, que con sus proyectos y acciones enfrentan asuntos tan críticos, como la inseguridad alimentaria, el cambio climático y la degradación del medio ambiente.


Un nuevo proyecto dirigido por el (CIMMYT), con una inversión de 25.7 millones de dólares, como parte del CGIAR, la mayor asociación de investigación agrícola del sector público del mundo está ampliando el uso de la biodiversidad conservada en los bancos de germoplasma, con el fin de que estos sean cultivos climáticamente inteligentes, la intención de estas acciones es tener mejores cultivos que apoyen a pequeños agricultores y produzcan más alimentos a pesar de los desafíos del cambio climático.


Después de presentar este panorama árido, dado que el futuro no es tan alentador, debemos apoyar y escuchar los proyectos que proponen y ejecutan organismos nacionales e internacionales, que trabajan para minimizar riesgos.
Nuestro trabajo para el futuro, es pensar en las nuevas generaciones y las necesidades que enfrentaran en los años venideros, hagamos conciencia y cuidemos nuestra tierra que aún tiene mucho que ofrecer

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