Aunque no parezca tener relevancia para muchas personas, según los datos que proporciona la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), una vaca libera de 250 a 500 litros de Gas Metano, equivalentes a 5 kg de unidades de Dióxido de Carbono (CO2).

En conjunto el ganado vacuno, libera diariamente 100 millones de toneladas de gas Metano debido al consumo de granos en su dieta. Este gas tiene el mismo efecto que causaría 2,500 millones de toneladas de CO2, aunado a las emisiones de efecto invernadero que genera el ser humano como: la deforestación y agricultura de la tierra con un 25%, los alimentos con un 25% e incluso la basura expuesta sobre la tierra con un 20 % y un 30% por los desechos del metabolismo de los animales; esto nos deja ver que dichas cantidades son realmente preocupantes.

Estos gases ( el metano y el dióxido de carbono) son responsables de retener el calor generado por la radiación solar y elevar la temperatura de la atmósfera.

Por lo anterior, se requiere de una solución prioritaria, como hace referencia la Corporación Colombiana de Investigación Agropecuaria, que a su vez destaca el cometido que la FAO hizo desde el año 2013 referente a la ganadería sostenible:

“La necesidad de reducir emisiones del sector y su huella ecológica se ha hecho cada vez más apremiante en vista de su continuo aumento para garantizar la seguridad alimentaria y estar en condición de alimentar a una población creciente, más rica y urbanizada”.

Otro tema sin duda que va implícito en esta problemática es el cambio climático, propiciado en su mayor parte por estos factores. 

Derivado de este tema se realizan actualmente investigaciones diversas para dar solución a la disminución de este tipo de gases CO2 y el Nitrógeno ( como son el consumo de alguna hierbas y alimentos fermentados) en proceso de experimentación, y una vacuna también desarrollada en Nueva Zelanda por los científicos de Ag Research quienes basaron sus técnicas experimentales a partir de un trabajo de investigación realizado por Sinead leaghy , un microbiólogo de Ag Research adscrito al Centro de Investigación de gases de efecto invernadero Agricola de Nueva Zelanda.

Esta vacuna usa la tecnología del ADN molecular, y su principal acción es estimular la producción de Anticuerpos Antiarqueas en la saliva de los animales, la cual llega al rumen de los animales al tragar, y se desencadena durante el proceso metabólico, con lo que suprime el gas metano.

La dosis aún está en etapa experimental y se espera tener resultados en los próximos años, por lo menos la investigación en su parte presupuestal está asegurada hasta el año 2025, informó la Asociación de consignatarios de ganado de Montevideo, Uruguay.

Sin embargo lo más importante, es el gran reto que la humanidad debe asumir para dar “soluciones efectivas” que propicien el equilibrio ecológico, sustentable y amigable con el hombre y su casa permanente que es nuestro planeta.

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