Por unanimidad, el Senado de la República aprobó dos reformas a la Ley de Aguas Nacionales, a fin de regular la desalinización de agua de mar y su aprovechamiento agrícola, pecuario, doméstico e industrial.  

El proceso de desalinización consiste en quitar la sal del agua de mar o de las aguas salobres, mediante métodos físicos o químicos, para hacerlas potables o útiles para otros fines, como el agrícola o pecuario. 

Se establece que la desalinización de las aguas marinas interiores y del mar territorial, estará libre de concesión, siempre y cuando sean destinadas para uso agrícola y doméstico. 

En el caso de que la explotación y aprovechamiento en actividades industriales, se aclara en este dictamen, sí es necesario contar con la concesión correspondiente.  

También señala que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y la Comisión Nacional de Agua (CNA), estarán a cargo de la supervisión y monitoreo del proceso de desalinización; así como del manejo y disposición de las aguas residuales.  

Al presentar los proyectos, el senador Ovidio Peralta Suárez recordó que México cuenta con 11 mil 122 kilómetros de costas y que el territorio nacional bordea los océanos Atlántico y Pacífico. 

Sin embargo, el legislador explicó que, debido a los altos niveles de sales disueltas, no se puede utilizar para el consumo humano. 

En ese sentido, destacó que, gracias a los avances tecnológicos, se han desarrollado procesos para aprovechar las aguas marinas, como la desalinización, la cual coadyuva a que dicho recurso esté en condiciones de ser aprovechada.  

Peralta Suárez señaló que la ley menciona en diversos artículos el proceso de desalinización, pero no precisa en qué consiste; por ello, el objetivo es asentar con claridad que se trata de “quitar la sal del agua de mar o de las aguas salobres, mediante métodos físicos o químicos para hacerlas potables o útiles para otros fines”.

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